El loro Julio. Solo soñaba.

Todo comienza una agradable y tranquila noche oscura, ya desde mi ventana presentía algo dentro de mí, esa noche no duraría mucho. Apoyé  mi cabeza sobre una esquina, y mis parpados superiores chocaron con sus hermanos gemelos. Solo recuerdo una fuerza en mi interior que me obligaba a desplegar todo mi cuerpo, las alas, las garras, ... Notaba una voz que me llamaba desde una distancia muy lejana, alguien me esperaba. Solo quería saber qué ocurría, pero una voz dentro de mí mencionó una frase que me hizo reflexionar:

“Imagina ser algo que nunca pudiste ser,
solo déjate llevar por tus ganas de crecer”

Todo ocurrió en un instante, en una minúscula bola de tinta me iba convirtiendo. Mi pico se transformó en una especie de cola que acompañaba a una redonda formada por mis grandes y preciosas alas, convertidas en trazos finos y ligeros. No me llegue a despedir, fue la mejor opción. Pero ahora ya conocéis dónde me encuentro y dónde me leeréis.




Esto no es una despedida. Nos volveremos a ver.

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